miércoles, 28 de marzo de 2007

Falacias - "La justicia es ciega"

  • Bajo el débil razonamiento: de que las leyes existen y se aplican de la misma forma a todos los ciudadanos y por lo tanto las características de los mismos no son tenidas en cuenta por la justicia al emitir un fallo.

  • Se oculta: que cada una de las fases que componen nuestro aparato de justicia están sesgadas por los intereses de quienes tienen poder:
  1. Creación de las leyes: La elaboración de las leyes se da cuando alguien con poder necesita cambiar las reglas de juego, pues con ese cambio genera mayor beneficio en su actividad. El sector con poder que provoca la aparición de una nueva ley puede cambiar, pero, lamentablemente, los sectores con poder no son numerosos, ni suelen variar frecuentemente en la sociedad, lo cual hace especialmente injusto que las leyes surjan a partir de presiones del poder. Además, esta práctica, provoca que el sistema legal sea un pastiche siempre cambiante, extremadamente complejo, absurdamente extenso e intencionalmente ambiguo e incoherente conjunto de leyes, características que alimentan la existencia de actividades parásitas como las realizadas por abogados y en menor medida escribanos.

    El problema radica en que para elaborar un sistema legal justo, aplicable a un conjunto de individuos, es imprescindible que el mismo sea elaborado por individuos superiores a los cuales se aplica el sistema. Dado que las deidades no han sido convincentes, ni en su existencia, ni mucho menos en las leyes que se creen que promulgaron, como tampoco fueron con convincentes los grupos humanos que se creyeron superiores al resto, lo más parecido a la situación expresada al principio del párrafo, es encomendar la tarea de elaboración del sistema legal a un conjunto de expertos. Estos crearán este sistema, y lo mejorarán de acuerdo a casos en los que tuvo fallas y no según las presiones del poder, aunque manteniendo, en todo momento, su coherencia y ausencia de ambigüedad, y reduciendo su complejidad al mínimo.
  2. Interpretación de las leyes: Aunque, como vimos, los grupos de poder, arman las leyes para su beneficio, hay veces que el sistema legal vigente no concuerda con sus propósitos. Aún en este caso tienen un recurso legal, el mismo es, mediante su posibilidad de acceder a los mejores abogados, torcer la interpretación de la ley en su favor, utilizando de la mejor manera las ambigüedades e incoherencias del sistema legal en curso.

    Si bien la extensión, complejidad y volatilidad excesiva del sistema legal ya hacen necesaria la figura del abogado, son sus ambigüedades e incoherencias las que generan la necesidad de dividir este rol en los de fiscal y defensor, los cuales actúan como enemigos en la farsa teatral que llamamos juicio. Esta pantomima de justicia nos lleva al absurdo de que una actividad sea un delito, y por lo tanto quien la realiza un delincuente, si el fiscal es más hábil que el defensor, y no lo es si ocurre lo contrario. Este absurdo es utilizado, principalmente, por quienes están más alejados del punto medio en la vaga definición de ciudadano honesto, establecida por el sistema legal vigente, y para los cuales es redituable gastar fortunas en los mejores abogados (obviamente teniendo en cuenta su habilidad en torcer leyes, no en su honestidad) que conociendo las ambigüedades e incoherencias del sistema, estiren la interpretación del concepto de ciudadano honesto para que incluya a sus defendidos.

    Finalmente, cabe remarcar que son los defectos del sistema legal en vigencia, los que hacen necesarios a los abogados, y principalmente, el hecho de que tanto las falencias del sistema como la existencia del mencionado rol, son elaboraciones creadas por los grupos de poder para cumplir sus propósitos.
  3. Aplicación de las leyes: Al aplicar las leyes la verdad es el opuesto directo de la falacia, la justicia no solo no es ciega, sino que goza de excelente vista. En los procesos judiciales, todos los actores se conocen entre si, y es esta característica el último recurso instalado en el proceso para proteger a los individuos con poder. Estos, si aún habiendo definido las reglas de juego, aún interpretado las misma de la manera más conveniente a sus intereses, no logran quedar fuera de la definición de delincuentes, pueden ejercer presión en el abogado enemigo, en el jurado, y en el juez, mediante coimas o extorsiones, o incluso si se diera el caso de que alguno de ellos demuestre una intransigente incorruptibilidad, o al menos su precio sea considerado demasiado elevado, tienen la opción de asesinarlos hasta que el sistema asigne alguno más fácilmente corruptible.

    La justicia actualmente tiene excelente vista, y como vimos, eso genera inmunidad en todo aquel que tenga suficiente poder, situación que está en el polo opuesto al concepto de justicia. La falla está en confiar a los hombres la tarea de cegar a la justicia, cuando debería ser el proceso el que lo haga. El proceso debería impedir que los implicados (acusado y acusador) sepan quién es el que imparte justicia, como también debería impedir que quien imparte justicia sepa quienes son los implicados. De esta manera, quien imparte justicia recibiría una lista de evidencia, en la cual todos los nombres personales, de empresas, etc. aparecen sustituidos por variables, y usaría este listado, junto a un sistema de leyes coherente para llegar a su veredicto. Este veredicto podría ser terminal (culpable o inocente) o inconcluso, porque se considera que no hay suficiente evidencia para tomar una decisión terminal, o se considera que hay un error en el sistema de leyes, en cuyo caso se corrige el mismo y se proporciona el veredicto terminal.

    Cabe mencionar, que bajo las hipótesis mencionadas, recepción de evidencia sin identificación y un sistema legal coherente, el encargado de impartir justicia puede ser un software. Pudiendo el mismo llegar a ambos veredictos finales y al de falta de evidencia, y quedando el veredicto de cambiar el sistema de leyes para ser efectuado por el grupo de expertos mencionados en el primer punto, siempre y cuando uno de los implicados considere injusto el fallo automático y pidiese una evaluación manual de su caso.
  4. Con el objetivo de: generar una sensación de que todos somos iguales ante la ley y por lo tanto, si la misma falla en nuestra contra, o en contra de nuestros compañeros, consideremos dicho fallo justo, cuando en realidad estamos siendo castigados por oponernos conciente o inconscientemente a los intereses de los individuos con poder.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mas que comentario una pregunta referida a la justicia: Quienes podrían integrar ese grupo de "expertos" para sancionar leyes?Carlos

djbm dijo...

Hola Carlos,

primero que nada te agradezco que te hallas "animado" a comentar un artículo, lo cual, en mi breve experiencia de blogger, no es muy común.

En cuanto a tu pregunta, respondiendo concretamente, cuando hablé de expertos, me imaginé catedráticos de la facultad de derecho, abogados con mucha experiencia, y también sociologos y psicologos. Un grupo de personas que conozca muy bien el ser humano y como se relaciona, que también conozca como redactar leyes coherentes y no ambiguas para que sean dificiles de torcer, y principalmente que sea ajeno a las presiones del poder.

Después, si vamos a la pureza de la idea, en el mismo artículo digo que "es imprescindible que el mismo sea elaborado por individuos superiores a los cuales se aplica el sistema", es claro que esos individuos no son superiores, pero pienso que es la mejor aproximación a ello. A su vez, la idea que expreso luego, de aplicar el código creado sin conocer acusados ni acusadores, sumado a la posibilidad de corregir el código, que introduzco casi al final de la exposición, funciona como freno a la adquisición de este grupo de "superiores" por los grupos con poder.

Espero que haber sido claro en la exposición, en caso contrario, o si queres refinar otro concepto, no dudes en consultar.

Un abrazo
Diego

Anónimo dijo...

Hola Diego: Te entiendo,pero me parece que hacés un desarrollo teórico que no tiene en cuenta un detalle fundamental: La ley puede estar redactada por expertos, pero es sancionada por el Congreso. Sus integrantes surgen de eleciones en la que los candidatos, desde el vamos, están ligados a grupos de poder. De nada valdría una ley perfecta si luego la sanción depende de gente ligada a grupos de poder que desnaturaliza lo previsto por los "expertos". No solo eso, o mejor dicho, además de eso, la ley puede ser vetada por un Presidente .....
Que andes bien
Carlos

djbm dijo...

Si, efectivamente es un desarrollo teórico.

La intención del artículo, en primer lugar, es mostrar que existen muchas falencias en nuestro sistema de justicia, y que las decisiones del mismo van a estar tan sesgadas como la diferencia de poder que exista entre los participantes. En segundo lugar, propongo un sistema alternativo, el cual considero más justo pues al menos carece de los defectos señalados en el actual. Este sistema, se ideó sin tomar en cuenta el actual, no es una actualización del mismo, es otra cosa, es un sistema aplicable a una nueva civilización, no pueden aplicársele a él, las estructuras (elecciones, congreso, presidente) de la nuestra.

Un abrazo,
Diego

Anónimo dijo...

Diego,
Ese sistema alternativo para redactar leyes y hacerlas cumplir, lamento decirte que mientras el hombre esté detrás, está destinado al fracaso.

Concuerdo con muchas de tus apreciaciones sobre la justicia, pero como ser que la justicia no es ciega, sino que la justicia "tiene un precio".

Es mi opinión.
Saludos

djbm dijo...

Hola, nuevo lector :)

Justamente, lo que se busca es sacar al hombre de la aplicación concreta de la justicia, que esté solamente en la elaboración de un sistema justo, y en la detección y corrección de los problemas del mismo, pero siempre moviéndose en un marco abstracto, sin conocer a las partes, y por lo tanto, sin poder beneficiar voluntariamente a una de ellas.

Probablemente cuando afirmas que un sistema así está condenado al fracaso, te refieres a que el poder impedirá que algo así se implante, y es probable que sea así, aunque nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Mi intención es mostrar los defectos que veo en la sociedad y que me parece que la sociedad no ve en ella misma, y proponer algo distinto. Luego si se demora 10, 100, o 1000 años en llegar algo así, dependerá de muchas cosas, pero al menos me parece importante que la gente sea conciente de los problemas, y por que existen.

Gracias por tu comentario, y cuando quieras seguimos intercambiando ideas.

Un abrazo,
Diego

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Diego